jueves, 27 de febrero de 2014

Discutiendo lo público en México.

  Nora Robotnikof sostiene en el capítulo “Discutiendo lo Publio en México”  tres sentidos básicos de lo público y de lo privado como categorías políticas. 1) Lo público es de interés y de utilidad común mientras que lo privado es singular y personal. 2) Lo público se desarrolla a la luz del día o es visible no así lo que se reserva y oculta. 3) Lo Público es de uso común y abierto a todos en otras palabras es incluyente a diferencia de lo privado y excluyente.  Lo público para esta autora se puede discutir entendiendo la dimensión colectiva de la vida y sus espacios de acción para incidir políticamente de manera significativa. Asimismo hace un recuento de lo público y privado en relación a otros contextos, como en la antigua Grecia donde las personas otorgaban un valor simbólico a la plaza como centro o lugar de iguales que convergen para tratar asuntos comunes. Posteriormente la Construcción del Estado y el desarrollo del mercado conformaron el sentido moderno de la esfera pública y privada; durante los años 60s el debate político y académico desplazaron lo público a la sociedad civil como un lugar común frente al estado autoritario incapaz de representar e identificarse con lo común y los espacios de libertad. “La reivindicación de la privacidad, de la pluralidad y del asociacionismo es un rasgo común a todas las teorías de la sociedad civil, estos rasgos se articulan en contextos de lucha autoritaria en la consigna de la sociedad frente al estado”.      

En relación a la lectura "Nuevas formas de espacio público".

Entiendo que de incio se hace una revisión del concepto ya manoseado por varias disciplinas, aunque me parece que la autora tiende a privilegiar el sentido del estudio sociologíco, por lo tanto el espacio público como concepto puede ser modificado a la par como se modifican las propias prácticas de los individuos, transporte, recreación, información. El espacio fisico o virtual esta ahí, justo para ser usado o no, lo hacemos público cuando interactuamos en él a pesar de que el Estado haga las veces de guardián y de corruptor. Por lo anterior habró la siguiente pregunta: ¿El uso del espacio público bajo las convenciones legales que el Estado hace validas es una limitante a la creatividad colectiva y la toma de decisiones comunitarias? La respuesta la encuentro un poco sentenciada por lo que promueve la democracía representativa en la que "decidimos quien es el guardían" cada tres o seis años. En las conclusiones del texto se advierte que el espacio público es insuficiente para las exigencias de la sociedad actual, me atrevo a decir entonces que una sociedad más conciente y participativa encontrará en sus nuevas prácticas la reivindicación de un espacio público más plural y suficiente, incluso con ciertos blindajes a la privatización que está muy de moda.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Bibliografía complementaria (Perspectiva Urbanística).

Reflexiones sobre el espacio público. Núria Ricart, Cr. Polis - Grc arte, ciudad, sociedad
Universidad de Barcelona,  Antoni Remesar, Cr. Polis - Grc arte, ciudad, sociedad
Universidad de Barcelona.  Congreso Iberoamericano, San José de Costa Rica.

Epur si mouve: Movilidad sostenible para el siglo XXI, Carlos Corral Sáez, Ing. de caminos, canales y puertos-Urbanista, Director de servicios técnicos de Villa de Vallecas- Madrid.

Ambas lecturas se encuentran disponibles en:
 www.dropbox.com
correo: catedra_espaciopublico@outlook.es
contraseña: movilidad14
No es necesario descargar el programa para visualizar los documentos.


Conforme avance el programa de la Cátedra se irán agregando nuevas lecturas referentes a los temas de Espacio Público, Movilidad no motorizada y Movimientos sociales.

Eduardo Hernández Escobar.

miércoles, 5 de febrero de 2014

La ciudad es de todos

http://www.milenio.com/firmas/felipe_reyes/ciudad_18_237156333.html
FELIPE REYES PROPONE:

Una democracia está obligada como tal a otorgar a los ciudadanos condiciones de equidad que permitan su desarrollo. Ese es el punto central de un sistema democrático. Establecer diferencias es característico de monarquías, donde una clase superior supone tener derechos divinos sobre los demás o de regímenes totalitarios en los que unos se imponen a los otros.
El siglo XX significó grandes avances en materia de equidad. Estados Unidos, por ejemplo, vivió una revolución en torno a los derechos civiles, principalmente de los afroamericanos, en los años sesenta. El mundo derrotó la segregación racial de la Alemania hitleriana o del apartheid sudafricano. Las mujeres han dado grandes brincos en el reconocimiento de sus derechos en grandes partes del mundo. Cada vez más y en más lugares del mundo se reconoce el derecho de los homosexuales a llevar una vida normal y obtener respeto a su preferencia.
En México, y más especifico en Guadalajara, los mecanismos de discriminación han permanecido por décadas, sutiles, nunca sobre evidenciados y se han arraigado en la cultura local haciendo creer a muchísimas personas que son lo normal. Y no lo son.
Una sociedad que busca constantemente crear espacios de exclusión a donde solo pueda acceder un sector de la población es una sociedad que abiertamente discrimina y limita las posibilidades de desarrollo de su propia gente. Y el elitismo, esa forma de discriminación tan característica de esta ciudad, no puede disimularse en el espacio urbano.
Si bien, a principios del siglo pasado, la elite tapatía se alejó del centro para instalarse en las colonias y comenzar a distinguirse unos de otros, paulatinamente la obsesión ha venido creando los enormes monstruos urbanos que representan las largas bardas en torno a fraccionamientos  a los que, a todas luces, se les tolera el ejercicio diario de discriminación.
Estos cotos disgregan la ciudad, generan inseguridad en los alrededores, limitan el libre tránsito de las personas, ya sea a pie, en auto o en bicicleta y provocan los problemas de movilidad correspondientes. Además suelen bloquear grandes porciones de territorio y permitir el acceso solo a aquellos que se identifiquen plenamente y dejen en una caseta identificación en prenda. Como si el ciudadano común para cruzar de un lugar a otro tuviera que demostrar no ser un delincuente.
Los gobiernos están obligados a garantizar el libre tránsito que otorgue las condiciones de equidad necesarias a la población. Es su razón de ser, si no ¿para qué querríamos tener un gobierno?
Argumentar que dentro de esos guetos vive gente muy poderosa y que por eso se otorgan derechos especiales equivaldría a reconocer una disfuncionalidad del sistema para beneficiar a sus propios gobernados.
Urge darnos cuenta que la ciudad es de todos y no del que tiene el dinero para pagarla. La ciudad no está a la venta.