jueves, 13 de marzo de 2014

El complejo problema del transporte público en Guadalajara (texto de Gustavo Monterrubio)

Transporte.
 
Para resolver realmente el complejo problema del transporte público, no es suficiente la voluntad política ni la indignación oficial y social, es indispensable algo más: sanear las dependencias gubernamentales, especialmente las responsables de vigilar y regular el transporte concesionado.
No se pueden esperar mejoras en la prestación del servicio si a diario los agentes viales son enviados a extorsionar, y si los choferes son despachados para poner en riesgo su vida, la de usuarios y transeúntes.
Con una secretaría vial que destila corrupción por todos los pasillos, oficinas y ventanillas, no se esperen resultados alentadores.
Pero considero que hay tres elementos que son clave en este asunto. El primero, y no es sarcasmo, es que los choferes tomen cursos de manejo; el segundo es que ninguna ruta improvise choferes, para superar ambas deficiencias se puede crear una academia calificada –que no certifique a cambio de dádivas-, responsable de extender certificados que garanticen el aprendizaje básico y el desarrollo de habilidades para manipular una unidad de transporte público.
Y el tercero tiene que ver con la ansiedad que a diario espolea a los trabajadores del volante. Aunque no hay estudios que lo avalen, sostengo por lo que observo y escucho, que hay una elevada morbi mortalidad relacionada con problemas cardiovasculares, asociada al estrés laboral, al que hay que sumar el tipo de alimentación y las condiciones en las que desempeñan su labor los choferes. Este asunto ni se toca por los altos costos que implicaría admitir que el desempeño laboral esta relacionado con la adquisición de enfermedades coronarios, porque la prima sería elevada y la seguridad social ineludible.
Nota bene. Siempre he denunciado las malas, ahora relataré una buena del transporte público. Para Ripley fue el trayecto de la unidad S-2021 de la ruta 636, que desde que inicio su recorrido desde la base en Manuel Acuña alrededor de las 8 de la mañana, hasta los Belenes, a donde arribó a las 8:53, hizo todas las paradas en los puntos donde se le requirió subir o bajar pasaje, y la velocidad del trayecto fue aceptable. Si todas las unidades y todos los días dieran este tipo de servicio, éste mejoraría considerablemente.        
 
Gustavo Monterrubio Alfaro.

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